(Tonada)
Un suspiro de tu pecho
llego a mi vieja ventana
diciéndome que me amabas
y que tu eterno desvelo
era por ese pañuelo
que yo un día te robara
ignorando que guardaba
el perfume de tus senos.
Si tu amor es la condena
que sufren dos prisioneros
puedes condenar mi vida
a morir en cautiverio.
Guarda el calor de tu pecho
y de tu piel la tersura
de tus labios la dulzura
y convencerte de a poco
de que te amo como un loco
no tengas la menor duda
milagro de la ternura
con que me miran tus ojos.
Autor y Compositor:
Anselmo de Mendoza
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